Esta antología, protagonizada y escrita por mujeres aragonesas, tiene como eje conductor a un actor silencioso cuya presencia es esencial en todos los relatos: el río Ebro.
Nuestros paisajes cotidianos, las calles que recorremos a diario, van a ser recorridos con otros pasos, estrenando unos zapatos que se dirigirán a otros callejones, a otras plazas bajo la sombra de otros jardines y la imaginación, en la alquimia con la memoria, construirá otra ciudad, a la orilla de un río que fertiliza las tramas de estos cuentos, dibujando una geografía paralela que oculta historias y emociones desconocidas.
Estas mujeres fantásticas y talentosas, escritoras y protagonistas, nos harán recorrer unos escenarios familiares con la mirada y la pasión de unas creadoras valientes, imaginativas y cultas, inquietas y peleonas.